Casamiento

Dios creó al hombre y a la mujer por amor y les ordenó imitar su amor en sus relaciones mutuas. El hombre y la mujer fueron creados el uno para el otro… La mujer y el hombre son iguales en dignidad humana, y en el matrimonio ambos están unidos por un vínculo inquebrantable. (Catecismo Católico de los Estados Unidos para Adultos, cap. 21, p. 279)

El sacramento del matrimonio es un signo visible del amor de Dios por la Iglesia. Cuando un hombre y una mujer se casan en la Iglesia, reciben la gracia necesaria para un vínculo de unidad que perdure por toda la vida.


El matrimonio es un pacto

El sacramento del matrimonio es una unión de pacto, similar a los pactos entre Dios y su pueblo con Abraham y, posteriormente, con Moisés en el Monte Sinaí. Este pacto divino es inquebrantable. De esta manera, el matrimonio es una unión que une a los cónyuges durante toda su vida.

El sacramento del Matrimonio significa la unión de Cristo con la Iglesia. Concede a los esposos la gracia de amarse con el amor con que Cristo amó a su Iglesia; la gracia del sacramento perfecciona así el amor humano de los esposos, fortalece su unidad indisoluble y los santifica en el camino hacia la vida eterna. (CIC 1661)

El amor en una relación matrimonial se ejemplifica en la entrega total de uno mismo al otro. Es este amor abnegado y sacrificado el que vemos en nuestro otro modelo de matrimonio: la relación entre Cristo y la Iglesia.

El matrimonio se funda en el consentimiento de los contrayentes, es decir, en su voluntad de entregarse mutuamente y definitivamente, para vivir una alianza de amor fiel y fecundo. (CIC 1662)

La Iglesia toma en serio la naturaleza vitalicia del sacramento del matrimonio. La Iglesia enseña que romper este pacto contradice la ley natural de Dios:

El nuevo matrimonio de personas divorciadas de un cónyuge legítimo y con vida contraviene el plan y la ley de Dios enseñados por Cristo. No están separadas de la Iglesia, pero no pueden recibir la comunión eucarística. Llevarán una vida cristiana, especialmente educando a sus hijos en la fe. (CIC 1665)


El matrimonio refleja la Santísima Trinidad

Creemos que Dios existe en comunión eterna. Padre, Hijo y Espíritu Santo están unidos en un solo ser sin principio ni fin. Los seres humanos, asimismo, fueron creados por Dios a su imagen para la comunión con otros seres humanos.


El Catecismo de la Iglesia Católica afirma: «La familia cristiana es una comunión de personas, signo e imagen de la comunión del Padre y del Hijo en el Espíritu Santo» (CIC 2205). El sacramento del matrimonio es «unitivo, indisoluble y nos llama a una apertura plena a la fecundidad». El matrimonio cristiano, en su máxima expresión, es un reflejo del amor abnegado de Dios expresado entre dos personas.

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